jueves, 25 de julio de 2013

Sobre el Homenaje a Hesnor Rivera

Afiche de la primera versión del homenaje que luego se pidió recoger


Estoy francamente incómodo con la situación que se ha generado en torno a la obra de Hesnor Rivera. Incómodo por dos razones. La primera de ellas se centra, como es de suponer, en la memoria del poeta. Creo que se le pasó olímpicamente por encima. La segunda de ellas se centra en mí. Quienes me conocen, quienes han seguido de cerca y de lejos mi trabajo literario saben de mi amor, respeto y consideración por la obra poética de Hesnor Rivera. Mi primer libro poético se llama Bajo la Caligrafía de la Noche, más cercano a Hesnor, imposible. Allí podrán encontrar la huella –todavía hoy presente– de su influencia. Mi segundo libro poético se llama Sylvia, ¿necesita explicación? Me encargué, por pura curiosidad personal, sólo con el apoyo de Norberto José Olivar y de Ángel Lombardi, de rescatar de los archivos de Panorama todo lo publicado por él en tiempos de Apocalipsis. Algunas de esas cosas han aparecido en País Portátil. Hace algunos años me dediqué, junto con mi mamá, a buscar y fotografiar todos los sitios de Maracaibo importantes en la vida de Hesnor. De esa campaña hay registros en la red social Facebook. Dejando a un lado la modestia, creo que sería difícil pensar en un homenaje a Hesnor Rivera y no tomarme en cuenta. Lo hizo la Revista El Salmón en su momento y, seguramente, fue lo que motivó a Jesús Ángel Parra para invitarme al homenaje que, a través de la Secretaría de Cultura del Estado Zulia, le preparaba al poeta.

A pesar de mis labores como Decano de la Facultad de Educación de la Unica, a pesar de estar en los preparativos de la defensa de mi tesis de maestría, a pesar de los compromisos adquiridos, hice tiempo para escribirle, una vez más, al poeta Hesnor Rivera, quien fuera mi amigo, mi maestro y el primero que me dio ánimos en este camino un poco abandonado de la poesía. No soy tonto. Desde el primer momento supe que se trataba de un acto oficial de un gobierno al cual adverso desde todo punto de vista, pero, por encima de eso, se encontraba –y se encontrará siempre- Hesnor Rivera. Sin embargo, hace un par de días me llamó nuevamente Jesús Ángel Parra totalmente apenado puesto que, por razones que no comprendí bien acerca de una línea del gobierno, el homenaje quedaba suspendido. Ni corto ni perezoso le dije al profesor Parra que no se preocupara, el homenaje lo haríamos en la Universidad Católica Cecilio Acosta para el mes de septiembre, ya que, ya estábamos a punto de irnos de vacaciones y no tenemos estudiantes más allá de los que asisten a inscribirse.

Sin embargo, a partir de allí, comenzó una guerra de mensajes a través de las redes sociales que obligó a la Secretaría de Cultura del Estado Zulia a enmendar. El homenaje va pero sin los panelista originales, es decir, sin mí, sin Norberto José Olivar y sin Carlos Ildemar Pérez ¿Por qué? Todavía lo desconozco. Se me informó vía telefónica, esto, al momento de escribir estas líneas, sigo sin conocerlo oficialmente, que en nuestro lugar estarían León Magno Montiel y Carlo Maglione. No conozco a León Magno, pero a Carlo sí y su amor y respeto por Henor Rivera. Lo sé puesto que, aunque tengo tiempo que no paso por El Emporio, he sido asiduo al local por más de 18 años y en esos años mucho compartí con Carlo sobre Hesnor. Sin embargo, ambos, tanto León Magno como Carlo son adeptos al gobierno y eso, nada más eso, me dejó claro por qué los panelistas originales habían sido cambiados.

Estoy muy contento con el hecho de que la Secretaría de Cultura haya rectificado y decidiera, después de toda la presión recibida por las duras críticas de la colectividad que hace vida cultural en la ciudad y el país, retomar el homenaje a Hesnor Rivera. El poeta y su obra no tienen la culpa de nuestra demencial manera de entender la política. Por esta razón, lamento profundamente que su obra y su recuerdo hayan sido enlodados por la bajeza política de la cotidianidad nacional. Lo ocurrido demuestra que no hemos llegado a ninguna parte, que seguimos sin comprender el significado de algunos conceptos que definen la ciudadanía, conceptos que son los que dignifican a una sociedad.

Hesnor Rivera fue un poeta, esto está claro, pero se olvida que también fue un caballero. Un hombre que intentó emplear la belleza de la palabra para darle sentido a su relación con el Otro. Un hombre que todo lo vivió desde la poesía, su poesía, y vivir poéticamente no es más que vivir la libertad como una victoria que entra en la conciencia, como algo muy complejo dentro de lo cual ardan frenéticamente los sentimientos, los pensamientos y los afectos.

No importa si yo participo o no, quizás tengan razón y yo no deba hacerlo. Me da cierto alivio no estar dentro de la línea del Gobierno, en especial, por no saber si esa línea existe. Por otro lado, mi querida madre, mi adorada abuela, hicieron de todo para meterme en la línea y nunca pudieron. Mi problema es que la única línea que sigo es la que yo mismo, a través de mi cuerpo, me he trazado. Sin embargo, lo que sí me parece una pena, es que se haya tomado el nombre y la obra de Hesnor Rivera para echarle más leña al fuego de una querella política que no necesita calentarse más. Lo lamento más aun sabiendo que muchos de los involucrados estuvieron dentro de los afectos del poeta y de su familia. Ahora me queda claro cuánto valen los afectos. La poesía no está para esas cosas. La poesía y Hesnor, más bien, deberían ser puntos de encuentro. Hesnor le escribió de todas las formas posibles al amor, a los hombres y mujeres que aman hacer el amor. Sin embargo, la locura política, el fanatismo ideológico, la superficialidad política, le ha pasado por encima a la belleza. Ni modo, supongo que no se le puede pedir a nadie lo que no tiene. Pese a todo, me alegra que se retome un homenaje más que merecido. También me alegra que la ciudad no guardara silencio, que la risa de Hesnor retumbara otra vez desde la indignación de mucha gente dentro y fuera de nuestra ciudad. Creo que el homenaje, el real, el sentido, el verdadero, ya se le hizo, ahora lo que nos toca es ser consecuentes.
  
Esta es mi posición al respecto. No tocaré más el tema, puesto que, a mi juicio, no tengo nada más qué decir, sólo mi compromiso de rendirle tributo al poeta en septiembre. Vamos a organizar un homenaje al poeta, a su poesía, a su labor intelectual, a su labor como profesor de Literatura. En modo alguno, al menos de mi parte, se pretenderá dar una respuesta política a lo que fue, sin lugar a dudas, una acción política. Desde acá mi solidaridad con Jesús Ángel Parra, Norberto José Olivar y Carlos Ildemar Pérez. Mi solidaridad con la familia de Hesnor Rivera cuya molestia ha de ser infinita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario